Visión de Santa Teresa en Río de Olmos

La madre Teresa de Jesús, tenía prisa por consolidar una nueva fundación a orillas del Pisuerga, Valladolid, la cuarta de sus fundaciones, después de que don Bernardino de Mendoza, hermano del obispo de Ávila, le ofreciera para tal menester una finca con huerta junto a la ribera del Pisuerga. Tal enclave era conocido como Río de Olmos, ante el que la madre Teresa se mostró reticente en principio, pero que acabó aceptando por el interés del donante don Bernardino de Mendoza, que murió en Úbeda poco tiempo después de hacer la donación. En la primera misa celebrada en dicho paraje de Río de Olmos, Santa Teresa tuvo una visión mística en la que pudo comprobar que sus súplicas por la salvación del purgatorio del alma del donante, por haber realizado tan importante obra de misericordia, habían sido atendidas. El relato de esta visión sobrenatural, fue conocido por Rubens durante su estancia como embajador en Valladolid en 1603 y plasmado en 1630 en una pintura en la que aparece la santa, a orillas del Pisuerga, intercediendo ante Cristo para sacar a don Bernardino de Mendoza del purgatorio, que es la escena representada en la obra que actualmente se conserva en el Museo de Bellas Artes de Amberes